ESTAMOS EMBOSCADOS

Estamos emboscados en la biblioteca escolar

 

Año Internacional de los Bosques en el CEIP Miguel Servet de Fraga

 

Seguramente hubo desde los inicios una fascinación del ser humano ante los árboles. Nos resulta difícil imaginar cómo era el mundo hace algunos millones de años, cuando todavía no había entrado en acción uno de los agentes más devastadores para la continuidad de los bosques… El fuego y la sequía también han acabado o modificado buena parte de ellos, pero el ser humano viene dejando su huella destructora desde hace tiempo. Los árboles han sido y son pulmón y despensa, combustible y creencia, protección y medicina, sombra y poesía… Es razonable que miremos hacia ellos con admiración cuando su volumen es gigantesco, cuando su sombra nos resguarda; cuando sus frutos son abundantes… Y es razonable que sintamos la necesidad de protegerlos, cuidarlos, apadrinarlos, replantarlos, conservarlos…

Hemos estado, voluntariamente emboscados, durante el primer trimestre de este curso. La celebración durante el año 2011 del Año Internacional de los Bosques, hizo que el Seminario de Biblioteca y Literatura Infantil del CEIP Miguel Servet de Fraga, propusiese realizar actividades en torno a esa efeméride, a todo el centro De modo que todo empezó en la biblioteca escolar, que es donde hay más cantidad de material procedente de los bosques: páginas de libros y de revistas, periódicos y pósteres… de papel, obtenido como todos sabéis (en la mayor parte de los casos) de pulpa vegetal.

Comenzamos realizando una exposición de casi un centenar de libros de ficción y de conocimientos, que ofrecían a los chicos y chicas y al profesorado material de lectura de sorprendentes argumentos y de datos significativos, relacionados con los árboles y los bosques. Simultáneamente, los expositores acristalados de que disponemos, mostraban documentos de prensa que nos acercaban a buena parte de las temáticas propias: reforestación, habitantes del bosque, hojarasca, talas e incendios, árboles singulares, etc. Esa exposición documental, ofrecía la posibilidad de una visita sosegada, leyendo y mirando una selección de documentos publicados en el soporte efímero de la prensa diaria.

Las madres colaboradoras en asuntos de ornamentación construyeron nueve esqueletos de árboles, con diferentes técnicas, que fueron colocados en las paredes de los pasillos de los tres edificios del colegio. Sobre ellos se fueron pegando hojas escritas y decoradas por los niños y niñas de todas las clases del centro, hasta formar cuatro especies nuevas de árboles:

Árboles de las palabras, árboles de las adivinanzas, árboles de los deseos y árboles de las poesías.

En contra de lo que ocurre en los otoños, en huertas y campos, parques y arboledas y en los bosques más impenetrables, esta vez, los árboles desnudos recuperaron sus hojas y se llenaron de mensajes, quedando sorprendentemente vestidos y coloreados, convirtiéndose en “árboles parlantes” o, al menos, eso parecen cuando uno se acerca a contemplarlos.

Los días 29 y 30 de noviembre y 1 y 2 de diciembre, se realizaron las ocho sesiones de cuentalibros o cuentacuentos para todo el alumnado del centro. El grupo de madres que viene ocupándose de ese asunto regaló al alumnado y al profesorado un programa de narración (utilizando diferentes técnicas, entre las que no faltaron el uso del kamisibai o el teatro de sombras) con títulos como: El árbol que no tenía hojas, Un gato en el árbol, El Grúfalo, El viejo árbol, La memoria de los árboles y Hansel y Gretel, además de la recitación de dos poemas, uno dedicado a los árboles y otro relacionado con el fuego que arrasa los bosques. Y todo ello, como siempre, en la biblioteca escolar, regalando a los asistentes un marcapáginas especialmente diseñado para la ocasión, al finalizar su actuación.

El último capítulo de esta historia está todavía por escribir… Se pidió a las familias que enviasen fotografías realizadas en montes, campos, parques, etc. en las que se viese alguno de sus miembros cerca de árboles: abrazándolos, sentados a su sombra, trepando por sus ramas, tocando su tronco…, para realizar un documento audiovisual que pudiésemos colgar en la RED. En eso estamos. Haremos de esa manera un pequeño homenaje colectivo a los árboles, de los que somos permanentemente deudores y a los que, con esta actividad programada desde la biblioteca escolar de nuestro colegio, hemos querido conocer un poco más en sus vertientes natural y literaria.

Y con ello, habremos cerrado un capítulo más en la larga marcha por el fomento de la lectura y la dinamización cultural del centro, desde la biblioteca escolar que, en este colegio, iniciamos hace ya mucho tiempo. Y esta vez, con el añadido de tocar la sensibilidad y promover actitudes positivas de acercamiento, conocimiento y respeto al mundo vegetal: a las plantas, a los arbustos, a los árboles y, en definitiva, a los bosques que nos amparan.

Mariano Coronas Cabrero

CEIP Miguel Servet – Fraga

 

 

Árboles parlantes

 

.. De los árboles de las palabras se ocuparon las niñas y niños de Educación Infantil, con la colaboración  de sus maestras. Pintaron hojas con distintas técnicas y escribieron palabras: pino, zorro, ciervo, árbol, araña, ratón, ardilla, setas… o frases sencillas: “gracias por guardar los nidos de los pájaros”; “gracias por adornar el paisaje”; “os cuidaremos”; “gracias por tus frutos”; “gracias porque nos dais madera”…

 

.. De los árboles de las adivinanzas se encargaron los niños y niñas del Primer Ciclo. Sobre hojas perfectamente decoradas, escribieron: “Cuatro puntos son / y para distinguirlos / necesitamos del sol.” “En el cielo soy agua. / En la tierra soy de polvo. / En las iglesias de humo / y mancha blanca en los ojos”. “Adivina adivinador, / ¿cuál es el árbol / que no da flor?”. “Es un árbol muy alto, / de estrecha copa. / En el cementerio / es donde mora”

 

.. El alumnado del Segundo Ciclo se ocupó de vestir los dos árboles de los deseos. Lo hicieron con frases cortas: “que no quemen los bosques”; “que planten más árboles”; “que los árboles vivan bien”… O con deseos más elaborados: “Me gustaría que cada persona del mundo plantara un árbol”. “Me gustaría que no talaran porque al final nos quedaremos sin oxígeno”. “Me gustaría que los bosques estuvieran limpios”. Me gustaría que no hubiera incendios forestales” y, dulcemente utópicos: “Sería maravilloso que los cerezos tuvieran cerezas cada tres meses”. “Sería estupendo que los árboles pudieran hablar para decir lo que sienten”…

 

.. Finalmente, el alumnado del Tercer Ciclo trabajó en dar vida a los dos árboles de las poesías. Para ello, escribió poemas completos o “contraseñas poéticas” sobre las hojas decoradas previamente; algunas de ellas contenían nombres de árboles:

Los pinos son misteriosos / en esta noche tan clara / y hasta el ladrar de los perros / trae emoción a mi alma.” (Juan de Ibarbourou). “Andaluces de Jaén, / aceituneros altivos, / decidme en el alma: ¿quién, / quién levantó los olivos?” (Miguel Hernández). “Las hojas de los chopos / se murmuran secretos al oído / y el tronco les advierte cada tarde / que va a llegar el frío”. (Ana Mª Romero Yebra). “Al olmo viejo, hendido por el rayo / y en su mitad podrido, / con las lluvias de abril y el sol de mayo, / algunas hojas verdes le han salido” (Antonio Machado)…

 

MACOCA 

 

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